Escrituras colectivas
Reflexiones



  Donde habita el cuerpo simultáneo  


Matías Ygielka*







































* Escritor.   Ha publicado su obra en España, Argentina, Portugal y Uruguay. Vinculado a acciones de literatura expandida y practicas artísticas intermediales.

Corresponderse mutuamente, en este caso pertenecer
al mismo grupo, en efecto, no significa de entrada
más que escucharse juntos
Peter Sloterdijk


La palabra simultaneidad proviene del latín, simul, que significa «al mismo tiempo». Habla de aquello que sucede conjuntamente, a la par, de forma espontánea. El día y la noche, de hecho, suceden simultáneamente. Nada hay consecutivo en este mundo.

En el orden de la creación artística, simultáneamente al mismo tiempo sucede esto que escribo y sucede todo, tampoco sucede esto y de hecho, puede que también suceda nada.

El pensamiento secuencial, estructurado en el tiempo, responde a nuestra cultura escrita, mientras que la experiencia de simultaneidad, estructurada en el espacio, responde a nuestro universo sonoro; pues el sonido, como el silencio, llega desde todos lados, al mismo tiempo.

¿Qué medios hay por explorar en la creación escrita para favorecer el flujo de lo consecutivo a lo simultáneo? ¿Qué reverberancias colectivas aguardan en terra ignota?
Las búsquedas de espacios mancomunados de trabajo en la creación escrita, parecen indagar en geografías sin mandato, allí dónde la simultaneidad quizá pueda configurar un paisaje común, un estado de las cosas, un horizonte de sucesos, una yuxtaposición de silencios y sonidos, como una esfera acústica, dónde se pueda ser escuchado (y escrito) por lo otro.

El sonido, y por consiguiente el silencio, parece ser un elemento esencial para favorecer las prácticas colectivas, dónde la escucha atenta es vital para la incorporación de la otredad y la construcción de espacialidades. Espacios colectivos que, mientras sigamos escribiendo, se seguirán expandiendo.


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